Pero me comienzas a llegar hondo.
Y tengo miedo.
No de ti.
Quizás miedo de mí.
Me estás haciendo volver a creer.
Y no en el amor.
Si en ese algo que te llena y no quieres que deje de hacerlo nunca.
Comienzas a ser.
Y eres.
Aun sin ser nada.
Ocupas, pero no sobras.
Llenas, pero no rebosas.
Llegas y no te vas, aunque te vayas.
Mientras tanto yo te describo en sentimientos.
Y tú sigues sin saber que estas cartas irán al olvido.
Porque estos sentimientos siguen siendo como quiero que sean, mudos.
Tan mudos como yo, cuando me clavas la mirada y me sonríes.
Tan mudos como mi mente, cuando recuerdo recuerdos y mi cuerpo rebosa a sensaciones.
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