Me has dejado ciega y ya solo te veo a ti en todos los lugares.
En todos mis lunares.
Y peligrosa y firmemente, en mi mente.
He pasado a ser fan de tus caricias efímeras e inacabables.
Y no sé dónde está el secreto del futuro.
Pero no quiero que dejes de desgarrarme de las manos del pasado.
Y me niego a dejar de mirarte tan cerca, tan cerca, que lo borroso se vuelva nítido.
Y tus labios aún más míos.
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