jueves, 28 de abril de 2016

SIN TI.


Como de costumbre, tengo a Ludovico en mis oídos.

Momento justo para escribir.

 No, no para escribirte.

 Para escribir.

Me he deshecho de ti.

Tú has hecho que me deshaga de ti.

No dijiste nada más que nada, y te fuiste.

Una carga en mí  se fue, tú.

Esta es la última carta que escribo en tu nombre; otra de las muchas que probablemente nunca leas.

Mi última carta que no llegará a ninguna parte; como nosotros.

Y soy feliz.

Sin ti.

Porque sí.

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